ÚLTIMA HORA
2 mayo 2011
Por Abdulha Álvarez
Lleno de no hay billetes en la plaza de toros “Monumental”, aficionados que convirtieron el concreto en segmentos de piel y hueso, que tiene voz y voto.
El marco era ideal, pero por la puerta de toriles desfilaron los de Bernaldo de Quiroz, ejemplares que dieron al traste con la corrida y que de estar en otras muletas la tarde hubiera sido decepcionarte.
“Zotoluco” pecho con lo peor del encierro, toros mansos, marmolillos que jamás dejaron estar al torero que venía a defender su sitio de figura y que no transmitían nada.
Eulalio como en cada tarde ha estado pensante, pero esta ha sido la que más le ha exigido ya que estaba en el serial taurino en el que ya la gente le aprieta y le aguanta muy poco.
Ante lo descastado del encierro y su mala suerte con la espada, López regalo uno de Teofilo Gómez que le colaboró hasta estructurar el toreo que le caracteriza y que lo ha mantenido en los cuernos de la luna durante varios años.
Eulalio López “Zotoluco” se marchó de la temporada con una oreja en la espuerta.
Que maravillosa tarde nos ha brindado el francés Sebastián Castella, una vez más cuajo sendas faenas que calaron en lo más intimo de los aficionados y dejó ver que él está puesto y es indispensable en la fiesta como la seda y el oro en los trajes de los toreros.
Era una de esas faenas en donde la mirada se cristaliza y el corazón abruma por dentro como si se quisiera marchar a sabe dónde.
Castella es y será por siempre el añadido que honra su profesión y que respeta a los del tendido, pero su personalidad dentro del ruedo dejan sin palabras hasta los cronistas más exigentes de la torería nacional, el galo se alejó con dos orejas de la tarde.
Juan Pablo Sánchez, ¡caray qué grande es a pesar de su juventud! que sapiencia taurina porta y qué valor tiene. El de seño fruncido es profeta en su tierra, simplemente es un torero completo, que hace el toreo acrisolado, que se pone donde lo vida pende de un hilo y en donde su pasión desborda el sentimiento voraz de los aficionados.
Lo hecho por Pablo Sánchez es digno de reconocer y faltan palabras para describir su manera de concebir el toreo, es tan grande con la profundidad del planeta.
Juan Pablo cuajó a sus toros y les sacó el mayor provecho, es un hecho que ninguno valió un cacahuate, todo lo hizo el Aguascalientes, esta vez la espada lo traicionó y el rabo se le escapó de la mano, concediéndole solo un apéndice muy merecido el juez de plaza.
El serial taurino agoniza poco a poco, las mentes taurinas lo saben y aceptan que en unos días más eso solo quedará en el pensamiento como algo muy preciado visto en el ruedo de la monumental.
En el ruedo el toro lo es todo…
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