ÚLTIMA HORA
29 septiembre 2011
José María Ronquillo Bustillos, propietario de gasolineras y comercios madereros, con domicilio en el fraccionamiento Pulgas Pandas Norte de esta ciudad, fue detenido por Policías Ministeriales del Estado, luego que fuera acusado de cometer aberrantes hechos en contra de sus dos menores hijas.
De esta manera se cumplimenta la orden de aprehensión girada por el Juez Primero Penal, por los Delitos de Violación, Violación Equiparada y Corrupción de Menores, en contra de su pequeña hija de trece años de edad; así como por los Delitos de Corrupción de Menores y Abuso Sexual Equiparado, en agravio de su menor hija, de tan sólo ocho años de edad.
La madre de las menores acudió ante esta Representación Social para interponer la denuncia en contra de este sujeto, con quien sostuvo una relación sentimental, y en la que procrearon dos niñas.
Sin embargo, desde el año 2005 se separó de José María, acordando que las niñas quedarían bajo la custodia de la madre y el padre podría verlas en el momento que deseara.
Debido a que la convivencia con las pequeñas había transcurrido con normalidad, la madre permitía que José María se llevara a la mayor de ellas por las tardes, para visitar la construcción de una gasolinera, propiedad del acusado, en la comunidad de Maravillas; así como a la maderería, de la que el padre también era dueño, misma que se ubica en Avenida Universidad.
Sin embargo, la primera ocasión que la menor fue agredida, contaba con apenas once años de edad. Su padre la recogió al salir de la escuela en su automóvil, lugar en el que la niña se quedó dormida. Al despertar, se dio cuanta que estaban en una habitación que ella no conocía. Su padre estaba a su lado y comenzó a hacerle tocamientos obscenos. A pesar de la resistencia que opuso la ofendida, el infame sujeto abusó sexualmente de ella.
Al salir de la habitación, la niña pudo observar que en el edificio de donde se retiraban, tenía un letrero con la palabra MOTEL.
Para lograr que la menor no comentara nada de lo sucedido a su madre o a cualquier otra persona, José María la amenazaba con llevársela a la cárcel junto con él, o con darle “un balazo”. Fue así que durante los siguientes dos años, esta reprobable situación se repitió en varias ocasiones, en perjuicio de la mayor de las hijas. A cambio, daba valiosos regalos y dinero en efectivo a la afectada.
Sin embargo, durante un fin de semana en la que José María invitó a sus dos hijas a su casa, intentó un nuevo ataque, pero ahora en contra de la más pequeña, que en esa ocasión contaba con ocho años de edad.
La madre de los niñas ya había notado un cambio de actitud en su hija mayor, motivo por el cual la cuestionaba, sin obtener respuesta alguna. Sin embargo, fue hasta que a niña más pequeña mostró problemas para dormir, que intentó hablar con ella, quien le confesó lo que su padre les hacía.
Conociendo la situación, se dirigió a la habitación de su hija mayor, quien comenzó a llorar y terminó por corroborar lo manifestado por su hermanita.
De esta manera, la madre de las afectadas solicitó a las autoridades, tomaran cartas en el asunto y se castigara con todo el peso de la ley a este hombre que abusó, violentó, chantajeó y corrompió a sus propias hijas.
José María Ronquillo Bustillos ya se encuentra en el Centro de Reeducación Social para Varones, en espera de la sentencia que habrá de compurgar.
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