ÚLTIMA HORA
13 marzo 2014
Por Mario Mora Legaspi
La industria molinera prevé para antes de mediados de año incrementar en por lo menos un peso el precio del kilogramo de tortilla para compensar los gastos originados por las nuevas disposiciones fiscales y el alza mensual del gas butano, además de los incrementos registrados en otras materias primas e insumos. Además se espera para el próximo mes de abril un incremento en el costo por tonelada de maíz.
Lo anterior fue dado a conocer por el industrial de la masa y la tortilla, Roberto Segovia Campos, quien dijo que los empresarios del ramo atraviesan por una situación complicada, por lo que se verán orillados a elevar el precio del producto final al público, aunque sea un peso por kilogramo.
Actualmente el kilo de tortilla en Aguascalientes se vende entre 12 y 14 pesos, incluso en algunos lugares se consigue hasta en 15 pesos, toda vez que se rige por la ley de la oferta y la demanda, es decir, no hay un precio oficial para este producto de consumo necesario. Es un alimento imprescindible en la dieta diaria de miles de familias.
Según explicó, ante las nuevas disposiciones tributarias, los molineros tienen que pagar hasta 500 pesos mensuales a contadores que realizan sus declaraciones fiscales.
El precio de la masa y de la tortilla está sujeto a la ley de oferta y la demanda, motivo por el cual los molineros no necesitan autorización oficial para aplicar alzas en sus productos.
Por otro lado, comentó que el Gobierno Federal no cumple cabalmente con lo establecido en el programa denominado Promasa, toda vez que durante el segundo semestre del año pasado no pagó el subsidio de 50 centavos por cada kilo maíz que utilizaron los establecimientos dedicados a la elaboración de tortilla.
La Secretaría de Economía prometió pagar durante todo el año pasado el mencionado subsidio, pero sólo cumplió de enero a julio. Y ahora a cambio del subsidio, la Federación exige que los molineros se pongan al corriente con sus obligaciones fiscales.
Por otro lado, los gastos de operación siguen cuesta arriba, puesto que hay que pagar más por las materias primas que necesitan para trabajar, no solamente el maíz. Hay que tomar en cuenta los ajustes mensuales que se registran en el costo del gas licuado petróleo, además de las elevadas tarifas de electricidad, el pago por el servicio de agua potable, salarios de empleados, mantenimiento de maquinaria y equipo, además de otros gastos adicionales.
Los propietarios de tortillerías hacen el máximo esfuerzo para optimizar gastos y ser más productivos, además de que mantienen la esperanza de que por lo menos bajen las tarifas de electricidad, conforme a la promesa hecha por el Gobierno Federal con motivo de la Reforma Energética.
“Hacemos todo lo posible para evitar la quiebra de los negocios y el cierre de más tortillerías, puesto que no son pocos los expendios que han tenido que bajar sus cortinas ante los problemas de incosteabilidad, apuntó Segovia Campos.
El cierre de tortillerías no solamente se ha dado en distintos puntos de esta ciudad capital también en municipios del interior, incluso en poblados y comunidades rurales, finalizó.
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