ÚLTIMA HORA
2 mayo 2011
Por Mario Niebla II
Ojalá y el cielo tuviera teléfono para poder escuchar tu voz. Pensé hoy en ti, y eso no es ninguna novedad. Pienso en ti en silencio todos los días. Lo único que me queda son recuerdos, tus enseñanzas, tus fotos y tu gran ejemplo de vida. Daría todo por abrazarte, por volver a escucharte, otra vez, aunque sea por un minuto.
Mi corazón no escarmienta. Se ha vuelto a equivocar.
Estoy muerto de dolor, todo el tiempo.
Te amo en silencio y a grito abierto
Alguien me preguntó si el amor que sentí valió la pena. Le respondí citando unas hermosas palabras del poeta lusitano Fernando Pessoa: “¿Valió la pena? Valió. Todo vale la pena cuando el alma no es pequeña”.
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